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Reseña Histórica

La Universidad Nacional de Costa Rica creada bajo la Ley No. 5.182 de febrero de 1973, inauguró su primer curso lectivo el miércoles 14 de marzo de ese mismo año, abriendo sus puertas a la comunidad nacional a partir de la herencia de la Escuela Normal de Costa Rica y de la Escuela Normal Superior, que cristaliza un sueño y un ideario de hombres y mujeres visionarios. 

El Consejo Universitario de la Universidad Nacional de Costa Rica, en su sesión No. 14, del 5 de junio de 1975, con base en un documento previo, aprobado y propuesto por el Consejo Directivo de la Facultad de Filosofía y Letras, autorizó la creación del Departamento de Filosofía. Esta nueva unidad académica vinculó a su quehacer el trabajo del antiguo Instituto de Historia y Teoría de la Ciencia y la Técnica, que entre los años 1974 y 1977 ofreció a la comunidad estudiantil dos certificados: uno en Teoría de la Técnica y otro en Teoría de la Ciencia, ambos enfocados en la formación de profesores en enseñanza de la tecnología. 
Posteriormente, el Departamento de Filosofía creó un Bachillerato en Enseñanza de la Tecnología, cuyo propósito era la formación de profesionales que, de acuerdo con sus diversas especialidades, conocieran, integraran y analizarán críticamente las relaciones entre la filosofía, las humanidades, la ciencia y la técnica. Desde hace 30 años y, bajo la figura de Departamento, la filosofía es un pilar en la formación de pensamiento crítico para las y los estudiantes de la Universidad Nacional. 

El Bachillerato en la Enseñanza de la Tecnología se convirtió en un Bachillerato en la Enseñanza de la Computación y la Informática, y fue trasladado a la Escuela de Informática para el año 1998. Debido a ello, el Departamento de Filosofía se enfocó en la creación de sus propias carreras disciplinarias. 

En sus orígenes este Departamento de Filosofía impulsó junto con Constantino Láscaris y Roberto Murillo la promoción del Instituto de Filosofía e Historia de la Ciencia y la Técnica, la idea era incitar a la reflexión interdisciplinaria acerca del carácter y el impacto que estaba teniendo la ciencia y la tecnología en la sociedad costarricense. Hoy en día, la visión de los años setenta de Láscaris y Murillo resulta visionaria, pues la conmoción que está produciendo el desarrollo vertiginoso de la biotecnología, de la ingeniería genética o las ciencias de la información obliga a los filósofos a incursionar en nuevos territorios éticos, epistemológicos y lógicos.

El Departamento de Filosofía por varios años impartió la carrera de Bachillerato en Tecnología que, como se mencionó se transformó en un Bachillerato en la Enseñanza de la Tecnología con concentración en informática y computación, lo cual brindó un espacio significativo a los profesionales de diversas áreas del conocimiento, permitiéndose un intercambio importante entre los sectores del saber cómo las Ciencias Formales (matemática, inteligencia artificial, computabilidad) y la Filosofía (lógica, ética, filosofía de la educación, filosofía de la técnica).

En febrero de 1997 se abrió la primera promoción del primer Doctorado en Estudios Latinoamericanos de la región Centroamericana, creado por un grupo de colaboradores a cargo de la Dra. Ana Lía Calderón, compuesto por: Dr. Eduardo Saxe, Dr. Yamandú Acosta, Dr. Arturo Andrés Roig, Dr. Horacio Cerutti, Dr. Gregorio Kaminsky, Dr. Joaquín Herrera Flores, Dra. Ana Rodríguez y Dr. Arnoldo Mora Rodríguez. El doctorado fue aprobado por el Consejo Nacional de Rectores (CONARE) en la sesión 02-96 del 13 de febrero de 1996. También desde septiembre del 2006 se ofrece la Maestría en Bioética, la cual constituye un esfuerzo conjunto entre la Universidad Nacional y la Universidad de Costa Rica, desde la cual se promueve la especialización de profesionales de áreas diversas con el interés común en bioética.

En cuanto al diseño curricular a nivel de grado, se inicia entre los años 1997 y 1998 con un programa de Bachillerato en Filosofía, que fue aprobado en 1998, esto permite una primera promoción para el año siguiente, que condujo a la primera graduación del 2003.

En el año 2004 se aprobó el Bachillerato en la Enseñanza de la Filosofía estructurado por trimestres, atendiendo posteriormente los cambios solicitados por las autoridades universitarias, hasta llegar a estructurarse por Ciclos como actualmente se oferta.  

En el año 2006 el Departamento pasó a ser Escuela de Filosofía, abriendo en el año 2007 la primera promoción de la Licenciatura en Filosofía. Sus objetivos, funciones y metas se diseñaron según las necesidades del proyecto universitario de la Universidad Nacional, en el marco de su política general, pero también en atención a la especificidad filosófica de su quehacer académico. Parte de la historia de la Escuela ha quedado registrada en algunas de sus publicaciones, como en la Revista Praxis, que se ha publicado desde el año 1974, teniendo además la Colección Prometeo y la Hoja Filosófica.

De este modo, la Escuela de Filosofía ha sido parte integral en el desarrollo de la Universidad Nacional. En su campo de docencia se ha enfocado en la vivencia de la filosofía mediante el estudio y la discusión de los problemas filosóficos y su aplicación en la cotidianidad. Las áreas de política, ética, lógica, epistemología y filosofía de la ciencia han sido importantes para el desarrollo de algunos de los ejes que con los años se han ido centrando como una preocupación para aportar a la reflexión nacional.   


Esta breve reseña nos muestra la necesidad de comenzar una nueva elaboración de los planes de estudio, asumiendo y redireccionando los aciertos y desaciertos, para plasmar esta experiencia de 45 años y promover la formación en diversas áreas de la filosofía, al servicio de la Universidad Nacional y de la sociedad costarricense, a quién se le tiene que devolver la inversión en educación en la mejor formación de profesionales en el área de la filosofía para enfrentar los desafíos del presente inmediato. 

El plan de estudios del Bachillerato en Filosofía con sus cinco énfasis desarrollados en su momento, a nivel de grado, fue adelantado para su época. Las intenciones que se tuvieron han sido para captar estudiantes que ya tuvieran una formación en otras áreas académicas, como, por ejemplo, Ciencias Sociales, Artes y Letras, Ciencias Formales, Ciencias Naturales o Ciencias de la Salud, entre otras, y que desearan continuar y complementar su formación inicial con una segunda carrera en los estudios de filosofía. De esta manera integraba 40 créditos del área complementaria (FSF 419) en la malla curricular para posteriormente brindar la formación profesional en el área de la filosofía. Empero, la reglamentación de la Universidad impedía, y sigue impidiendo, que un grado establezca como requisito de entrada a su estudiantado la previa aprobación de créditos de otra carrera universitaria, por lo que la carrera de Filosofía tuvo que aceptar estudiantes de primer ingreso.    

Por lo anterior, teniendo en su mayoría estudiantes de primer ingreso en la carrera de Filosofía, esta población de estudiantes ha encontrado como un atenuante para la culminación de la carrera, los créditos de estudios complementarios, aumentando estadísticamente la cantidad de años para obtener el Bachillerato y las posibilidades reales de cursar esas materias a nivel institucional. 

Es necesario abordar las circunstancias que rodean el seguimiento del plan de estudios vigente por parte de las personas estudiantes con respecto a completar el plan de estudios vigente, aportando 40 créditos mencionados, ya que esto se ha convertido en una dificultad para que nuestra población estudiantil pueda completar el plan de estudio en el tiempo establecido de cuatro años. 

Por ello, se plantea darle un giro integrando y ampliando la formación del grado, en el que se tenga una malla curricular completamente dedicada a problemas disciplinares de la filosofía en sus planes de estudios, ofreciendo un acompañamiento de las personas estudiantes desde el primer ingreso hasta la graduación del Bachillerato en Filosofía, incluso incentivar su continuidad en la culminación del grado con la Licenciatura y la continuación de sus estudios de posgrados de la disciplina, dando una formación complementaria en el área de la Filosofía, que es inherente al quehacer de la persona profesional en el área, dada la necesidad de continua profundización e investigación en temas que no se logran profundizar, dada la complejidad epistémica de cada área disciplinar de la carrera. 

Ante este panorama, será necesario entender el compromiso de ofrecer un nuevo plan de estudios que acerque al análisis de las cotidianidades y entornos actuales desde un abordaje filosófico. Es fundamental en el devenir de la historia humana del siglo XXI, en el que expresan retos, los cuales no son tan nuevos, que pueden y deben ser reflexionados, y que además de ello es una obligación de la Escuela de Filosofía el retomar su protagonismo en la reflexión colectiva, siendo un punto de referencia en los problemas que actualmente demandan una formación académica más amplia en áreas como ciencia, ética, epistemología, lógica entre otras. El mundo actual, que atraviesa una profunda crisis existencial, necesita de las ideas filosóficas para poder reencontrarse como humanidad, superando procesos de ideologización y cosificación del ser. 

Así, la experiencia en la reflexión filosófica, no sólo de los cuarenta y cinco años en la Universidad Nacional, sino con su asidero teórico de más de tres milenios, ofrece relecturas de la realidad que permitan formas diferentes de abordar los problemas que aquejan a la humanidad, comprendiendo la función social, política y cultural de la filosofía en función de la humanización en sentido socrático, lo ético en sus diferentes acercamientos, lo político que está orientado hacia lo humano. 
Es en el ámbito de la filosofía práctica o aplicada, donde se ven nuevos movimientos éticos, antropológicos, epistemológicos y metodológicos. Ante esto, es una obligación acercar a la filosofía al ámbito de lo cotidiano, como una praxis operante en la historia, que transforma el pensamiento y a la sociedad, por medio de las formas en que demanda su propia naturaleza plasmadas en la continua reflexión, autoanálisis y autocrítica, para evitar anquilosarse en saberes dogmáticos y anacrónicos, respondiendo a preguntas que ya no se hacen, en tiempos que cambian de manera vertiginosa, pero que lo referente a las preguntas filosóficas elementales son perennes y retornan en las coyunturas de crisis social, política y epistémica, las cuales vuelven su mirada a la filosofía para buscar respuestas propias.  

Es así como el nuevo plan de estudios contempla la formación integral de estudiantes en el grado y, la posterior oferta de la Maestría en Filosofía Contemporánea. Es un compromiso que se hace en la reflexión y relación con las ciencias sociales y humanas, así como estudios críticos sobre el quehacer de las ciencias, las tecnologías, las industrias, las culturas, las diversas formas de pensar, ser y actuar de los seres humanos. 
Para ello, es importante contar con una oferta curricular que forme profesionales con un alto conocimiento académico y, que a la vez logre vincular su formación con los problemas del día a día, que permita un diálogo horizontal en el que la filosofía funcione como un saber que complementa y articula otros saberes, pero que además de ello logre la integración de respuestas ingeniosas, novedosas en una amplitud de pensamiento y sentido crítico.

El programa de Bachillerato en Filosofía asume la experiencia de casi cinco décadas con la cual ofrece una renovada malla curricular que pretende acompañar a las personas estudiantes en su compromiso con la lectura y transformación de la realidad por medio de las diferentes áreas disciplinares, que ofrece valiosos aportes desde las múltiples lecturas posibles que brinda la formación filosófica desde la criticidad y pensamientos complejos. 

De ahí que la filosofía nos permite acercarnos a diversas temáticas desde una visión más amplia y global de nuestras existencias, la cual abre la posibilidad de analizar y comprender las múltiples interrelaciones de estos problemas, especialmente en sus dimensiones políticas, éticas, metafísicas, estéticas, históricas, epistemológicas, entre otras áreas propias. De esto, se constituye una mirada crítica y problematizadora, interpretando crítica y creativamente la realidad para tener su dimensión transformadora del individuo y del colectivo, bajo las premisas humanistas más fundamentales que se nutren de la propia historia de más de dos mil ochocientos años del pensamiento filosófico.  

Con este nuevo plan de estudios de filosofía se profundizará en los problemas filosóficos esenciales, así como en las áreas del conocimiento que como Escuela se han ido priorizando con los años, tales como la historia de la filosofía, lógica, epistemología, metafísica, ética, filosofía política e incentivar la investigación. Esto no implica que se deje de lado el pensamiento latinoamericano, la historia, la estética, la ontología u otras áreas de la filosofía, sino que todas las áreas de ella funcionen como un todo orgánico en la memoria y reflexión comprometida de cada integrante de la Escuela de Filosofía de la Universidad Nacional de Costa Rica. Siendo un aporte a la cultura y desarrollo del país.