Descripción del problema
La cátedra Enrique Dussel tiene una relevancia significativa para la formación filosófica de los estudiantes de la Universidad Nacional de Costa Rica, debido a los múltiples aportes para la comprensión de la realidad latinoamericana y del Sur global que el pensador argentino-mexicano brindó a través de la Filosofía de la Liberación, en la medida en que, la Filosofía no es un ejercicio teórico alejado de los contextos en los que se lleva a cabo la vida misma, sino que es una actividad que parte del estar, de la vivencia cotidiana desde la cual el sujeto se plantea preguntas frente a las problemáticas que se le presentan como ser social. Por ello, parece impredecible ahondar en la forma en cómo se interpreta la realidad, específicamente, la realidad latinoamericana en clave intercultural. La Universidad desde su fundación ha tenido en cuenta el sentido social y la visión latinoamericana de los saberes y la pedagogía, por ello propició varios espacios de formación que estrecharon los vínculos entre la Facultad de Filosofía y Enrique Dussel (1934-2023).
Ahora bien, frente al posible interrogante ¿Cuáles son los aportes de Enrique Dussel al pensamiento latinoamericano que soportan la necesidad de tener un espacio académico exclusivamente sobre él? Se podría argumentar que, en primer lugar, Enrique Dussel asumió las banderas de un proyecto colectivo en Argentina en la década de los 70 's junto con otros profesores universitarios (Juan Carlos Scannone, Horacio Cerutti, Rodolfo Kusch, Arturo Roig, Mario Casalla…), llamado: Filosofía de la Liberación. Sin embargo, debido a su amplia producción intelectual, la creación de un método (analéctica), un marco categorial propio y el abordaje de los grandes interrogantes de la filosofía de manera sistémica, se le conoce como el principal exponente de este proyecto en la Historia de la Filosofía.
En segundo lugar, la riqueza de su pensamiento se complejizó con el paso del tiempo, tanto así que, según Mendieta (2001), él presenta tres periodos o estadios intelectuales de su pensamiento, mas no se trata de tres autores diferentes, sino complementarios. El primer estadio tiene como bases la ontología y la metafísica, y fue influenciado por los planteamientos de Heidegger, Sartre, Ricoeur y Lévinas, entre otros autores; el segundo estadio se vincula con los postulados de Marx, y el tercer estadio se enmarca en la ética del discurso, lo que pone de manifiesto la influencia de Apel y Habermas desde la concepción de una ética normativa.
En tercer lugar, Dussel ha creado los cimientos sólidos sobre los cuales se desplegó el pensamiento descolonial, debido a su sustanciosa interpretación fruto de la aplicación del método y las categorías de la filosofía de la liberación que ya desde los 70’s denunciaba el eurocentrismo presentado a través de la falacia desarrollista y el mito de la modernidad en la Historia Universal y en la Historia de las ideas filosóficas. Esto se evidencia en la conferencia que presenta en 2016 “La filosofía de la liberación como fundamentación de la descolonización epistémica”, durante la ceremonia de entrega del Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional de Costa Rica.
En cuarto lugar, la vasta producción teórica se ha convertido en un referente para quienes tratan de comprender desde el Sur global las crisis geopolíticas que pasan por racionalidades instrumentales que en vez de proteger la vida humana y los ecosistemas perpetúan la violencia epistémica, colonial y ontológica. Por ello, hoy en día en el diálogo interdisciplinar de las Ciencias Sociales y la Filosofía es común encontrar apuestas que pese a ser distintas rescatan el proyecto de la transmodernidad como lo ha hecho el filósofo colombiano Santiago Castro-Gómez, por ejemplo.
En último lugar, valdría la pena reconocer que Enrique Dussel no sólo es cofundador y principal representante de esta corriente llamada Filosofía de la Liberación, el único filósofo contemporáneo que creó una Escuela a través de la Asociación de Filosofía y Liberación (organización internacional que se encarga de la difusión de esta corriente filosófica), sino que además con su ejemplo de vida invitó a los filósofos a estar involucrados en los asuntos públicos de los asuntos comunes que se expresan en la política, pero no como una participación ciega y acrítica, sino mediante la construcción de un orden social basado en los principios éticos y el poder obediencial que recae en saber escuchar a las alteridades vulneradas por la injusticia y el mal imperante de la desigualdad estructural.
Por todo lo expuesto anteriormente, debe considerarse otorgar a los estudiantes una formación filosófica que atienda a las necesidades propias de su contexto y, además, que sigan promoviendo un pensamiento situado, se considera que la Filosofía de la Liberación de Dussel enriquecerá las interpretaciones e interrogantes que surjan desde las vivencias propias de la realidad latinoamericana.
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